La identidad profesional es el conjunto de atributos, creencias, valores, motivos y experiencias que contribuyen a la definición de las personas en los roles profesionales.1
A partir de finales de la década de los noventa se ha ido observando una progresiva diversificación de los roles, las funciones y las actividades que desarrollan los profesionales bibliotecarios. Sobre todo en las últimas décadas, con la globalización de la economía, la gran rapidez en el intercambio de la información y el fuerte desarrollo tecnológico, se ha definido un nuevo escenario altamente dinámico, cambiante y complejo en el que las bibliotecas necesitan buscar nuevas formas y vías para gestionar sus recursos, y los bibliotecarios tienen que desarrollar nuevas capacidades y conocimientos.
Estos profesionales tienen que adaptarse a los nuevos escenarios que se presentan en torno a la gestión, el tratamiento y la difusión de la información –globalización, tecnologías de la información, Internet, redes sociales, recursos electrónicos, etc.–, a las nuevas demandas de información, y a las ofertas de localización y acceso a la información que aparecen en el mercado. El cambio hacia la biblioteca digital ha supuesto que el trabajo del bibliotecario sea más visible y accesible para el usuario; la biblioteca se ha acercado a los usuarios. Al mismo tiempo, nos encontramos con usuarios mucho más exigentes con demandas de información que requieren una respuesta experta, de calidad, pertinente y en el tiempo oportuno, just in time.
Este cambio no se ha producido sólo con la introducción de las denominadas nuevas tecnologías de la información y la comunicación o con la globalización de la economía, sino también con la transferencia de la información para la creación de conocimiento, lo cual ha supuesto que las organizaciones se planteen adoptar una nueva concepción del trabajo, de organización y de gestión basada en el conocimiento.
En este entorno la información asume nuevas formas que van más allá de los productos y servicios tradicionales de una biblioteca. Las bibliotecas y los bibliotecarios tienen que aprovechar este nuevo escenario y cambiar su enfoque dirigiendo sus capacidades a proporcionar conocimientos especializados para apoyar a los que trabajan con información –médicos, investigadores, gestores, estudiantes, etc. Encontramos al bibliotecario como proveedor de información y educador, como el que analiza la información y gestiona el conocimiento, el que da apoyo a la investigación y la práctica basada en la evidencia y, finalmente, como la persona encargada de tomar decisiones.2 Cada vez más los bibliotecarios de ciencias de la salud participan en actividades fuera de la biblioteca, se integran en los equipos de trabajo de sus organizaciones, dan apoyo a las necesidades de información de la investigación que se realiza en su institución y proporcionan formación y apoyo en la práctica basada en la evidencia. El perfil de estos profesionales en un futuro inmediato pasará a tener un carácter híbrido y, en muchos casos, no estrictamente documental.3
En el artículo “On the origin of a species: evolution of health sciences librarianship”,4 los autores comparan la historia de la evolución de la biblioteconomía en el área de las ciencias de la salud con la teoría del origen de las especies de Charles Darwin. Afirman que con el paso del tiempo el papel principal de los bibliotecarios en ciencias de la salud no ha cambiado significativamente. Las funciones de estos profesionales giran principalmente en torno a la recopilación, la organización, la gestión y la difusión de la información para su uso más efectivo. Lo que ha cambiado realmente es el entorno en el que se desarrolla esta tarea y las herramientas que se utilizan para llevarla a cabo.
Nos estamos moviendo en entornos de trabajo que evolucionan y cambian muy rápidamente, y que continuarán cambiando en los próximos años. A pesar de estos cambios, la necesidad de recopilar, organizar y facilitar el acceso a la información sanitaria sigue y seguirá existiendo. No es suficiente trabajar con las competencias y habilidades existentes, es necesario que los profesionales adquieran otras nuevas. Los cambios de roles y contextos de los profesionales de las bibliotecas tienen que ir dirigidos a cubrir las nuevas necesidades de gestión de la información que surgen en sus organizaciones, a adquirir nuevas habilidades y transformar su papel para posicionar su trabajo como una ventaja competitiva para su organización. La nueva concepción del trabajo basada en el conocimiento que están adoptando las organizaciones es una oportunidad para los bibliotecarios. Como especialistas en tratar y gestionar información tenemos un papel clave en estos nuevos contextos. La formación y la adquisición de nuevas habilidades serán básicas para desarrollar los roles que permitan llevar a cabo estas tareas y tomar una ventaja competitiva sobre estos nuevos contextos que están surgiendo en la gestión de la información. Lo que está claro es que si no lo hacen los bibliotecarios habrá otros que lo harán.
Pilar Roqué Castellà
Responsable del Programa de desarrollo de la Biblioteca de Ciències de la Salut de Catalunya. Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya. Biblioteca de Ciències de la Salut de Catalunya.
Perfil profesional de Pilar Roqué Castellà: Linkedln
Bibliografía
- Schein EH. Career dynamics: matching individual and organizational needs. Reading, Mass: Addison-Wesley Pub. Co; 1978.
- Alison Brettle, Urquha C. Changing roles and contexts for health library and information professionals. London: Facet, editor; 2012
- Merlo-Vega J-A, Gómez-Hernández J-A, Hernández-Sánchez H. Estudio FESABID sobre los profesionales de la información: prospectiva de una profesión en constante evolución [Internet]. FESABID; 2011 Dic. Disponible en: http://eprints.rclis.org/18057/1/FESABID_Prospectiva.pdf
- Braude R, Wood S. On the origin of a species: evolution of health sciences. Bull Med Libr Assoc. 1997;85(1):1–10.
Seguidors